21 de agosto de 2011

Buscan al pirómano, que dejó sus huellas y las de su coche mientras quemaba la sierra

La Guardia Civil halla a 800 metros de La Manga Club restos de cerillas de barbacoa y tela de arpillera que una o varias personas usaron para quemar el monte
21.08.11 - 01:34 - JOSÉ ALBERTO GONZÁLEZ | CARTAGENA/ la Verdad

Puede ser cuestión de horas. La Guardia Civil ha recabado las primeras pruebas que necesitaba para llevar a cabo la detención del presunto o presuntos autores del incendio que ha arrasado una quinta parte del parque regional de Calblanque, Peña del Águila y Monte de las Cenizas y a punto ha estado de arrasar el pueblo de Portmán (La Unión). El hallazgo en el Cabezo de Ponce, a ochocientos metros de La Manga Club, tanto de huellas de los sospechosos como del vehículo que usaron para desplazarse hasta el monte y prenderle fuego aceleró ayer la investigación de los agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza).


Éstos encontraron en el lugar determinado como de origen del fuego restos de cerillas de barbacoa y de tela de arpillera, una pieza textil gruesa que usaron a modo de artefacto a partir de cuya combustión ardiera el bosque en pleno agosto, de noche y con viento de Levante.
Según fuentes cercanas a la investigación consultadas por 'La Verdad', la Benemérita envió de manera urgente las marcas dejadas por descuido por el pirómano a un laboratorio del Instituto Armado en Madrid de cara a su análisis y cotejo con bases de datos.
La elección de cerillas de picnic y tela de arpillera estaría relacionada, según las fuentes consultadas, con la voluntad clara del pirómano de asegurarse de que los instrumentos de su fechoría eran lo suficientemente potentes como para incendiar pinos y monte bajo. En todo caso, entre el material recopilado por los investigadores policiales sobre el terreno había cerillas sin consumir.
Estabilizado, no controlado
Tal vez el pirómano actuó con excesiva celeridad para huir cuanto antes del lugar a bordo de un coche cuyas ruedas quedaron marcadas en la zona, si bien desgraciadamente no fue impedimento para que 420 hectáreas de un parque natural protegido por normas regionales, nacionales y europeas fuera pasto de las llamas. Junto a los agentes del Seprona también indagan acerca de las causas del fuego expertos de la Comunidad Autónoma.
Hasta el momento en que la Guardia Civil encontró las pruebas indicadas, se manejaban al menos cuatro hipótesis: un fuego intencionado; un cortocircuito involuntario en torres de alta tensión de la compañía eléctrica Iberdrola; una negligencia relacionada con la quema de rastrojos; o también una imprudencia por efectuar disparos en una actividad de caza ilegal (algunos vecinos dijeron haber escuchado como pequeñas detonaciones antes de declararse el devastador incendio).
Anoche, al cierre de esta edición el Gobierno regional dio por «controlado» el perímetro de destrucción del incendio, si bien mantuvo la cautela de considerar «estabilizado» el interior de la zona quemada debido al riesgo de reactivación.
«El viento puede soplar, reavivar las llamas y aunque el perímetro está controlado hay que ser prudentes», explicó el consejero de Presidencia, Manuel Campos, tras una reunión con los responsables de los servicios de Emergencias y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

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