25 de marzo de 2011

La OTAN asume el mando militar de la vigilancia de la zona de exclusión aéra en Libia

La OTAN ha acordado asumir el mando militar de las operaciones de vigilancia de la zona de exclusión aérea sobre Libia, ha anunciado el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen.
Además, la OTAN va a empezar la planificación militar para una posible toma de control de todas la operaciones, lo que incluiría los ataques a objetivos terrestres para proteger a la población civil libia, ha dicho por su parte una fuente diplomática. "Todos los aliados de la OTAN están comprometidos a cumplir con sus obligaciones bajo la resolución de la ONU. Por eso hemos decidido asumir la responsabilidad de la zona de exclusión aérea", ha explicado Rasmussen en un comunicado.
Las decisiones se tomaron tras una reunión de los embajadores aliados, por séptimo día consecutivo, para tratar de concretar el papel de la organización en las operaciones militares en Libia. El mando estratégico de las operaciones estará en el Cuartel General aliado para Europa, en la ciudad belga de Mons, mientras que el control táctico se desarrollará desde el centro que la OTAN tiene en Nápoles (Italia), que también se responsabiliza del submando naval. El submando de las operaciones aéreas residirá en el cuartel aliado de Esmirna (Turquía).
"Emprendemos la acción como parte del amplio esfuerzo internacional para proteger a los civiles de los ataques del régimen de Gadafi", ha señalado Rasmussen. Según el secretario general, la Alianza "cooperará con sus socios en la región y agradecerán sus contribuciones".
Turquía, crítica con la intervención
Varias capitales -especialmente Washington, Londres y Roma- insistían desde hace días en que la OTAN tomase el control de toda la operación internacional, mientras que Francia se resistía a ceder a la organización la dirección política, en la que deseaba integrar a los países árabes que colaboran con las potencias occidentales.
Fuentes aliadas, en cualquier caso, han dejado claro que el Consejo Atlántico -la máxima autoridad decisoria de la OTAN- "tiene el control total" de sus operaciones. Eso no quiere decir que no acepte -y anime- la participación de estados no miembros, con los que colaborará en la toma de decisiones, tal y como hace por ejemplo, con los 20 países que apoyan su misión en Afganistán, indicaron las fuentes.
Turquía -el único país de mayoría musulmana dentro de la Alianza- también tenía importantes reticencias a verse involucrada en los bombardeos sobre territorio libio. De hecho, en los últimos días el primer ministro del país, Recep Tayipp Erdogan, dejó entrever sus dudas sobre las motivaciones de Occidente para intervenir al aludir a un interés en los recursos energéticos del país norteafricano. Hoy, precisamente, fue su ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, el primero en anunciar en Ankara que la OTAN asumiría el mando.
La decisión llega después de que los 28 aliados iniciasen ayer una operación naval para garantizar el cumplimiento del embargo de armas que la ONU impuso sobre Libia. Buques de superficie, submarinos y aviones de países de la organización vigilan el Mediterráneo para asegurar que el régimen de Gadafi no recibe armamento ni mercenarios por esa vía.

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