Los activistas son de Tenerife y aseguran haber sido golpeados y maltratados por la policía marroquí durante el arresto.- Aunque se anunció su liberación, aseguran que se encuentran bajo arresto en la casa de España en Marruecos
PEDRO H. MURILLO - Santa Cruz de Tenerife - 29/08/2010 / El País.com
PEDRO H. MURILLO - Santa Cruz de Tenerife - 29/08/2010 / El País.com
Once españoles de la Asociación Canaria de Amigos del Pueblo Saharaui fueron detenidos en la tarde de ayer en el transcurso de una manifestación a favor de la autodeterminación del Sáhara Occidental en la ciudad marroquí de El Aaiún. Los activistas que denuncian malos tratos y agresiones de la policía de Marruecos. En la protesta participaban 14 personas. Los tres que no fueron arrestados se refugiaron en el hotel Nejyir. El incidente se da pocos días después de que España y Marrucecos cerrasen la crisis generada en Melilla por el bloqueo y las protestas marroquíes contra la policía española con la creación de comisarías conjuntas.
Anselmo Fariñas, uno de los siete liberados, ha confirmado a Europa Press alrededor de las 3.30 de la mañana que habían comenzado a salir de prisión y llegar a la sede de Casa España en Marruecos, donde después han asegurado que se mantienen bajo arresto domiciliario. "Pensábamos que nos estaban poniendo en libertad, pero el intérprete nos ha dicho que estamos bajo arresto domiciliario en Casa España que se prolongará hasta que tomen su barco desde El Aaiún a Las Palmas a las 22 horas del domingo", ha explicado. Exteriores no ha confirmado aún estos extremos. Los activistas temen más incidentes durante los 22 kilómetros que les separan del punto de embarque: "No sabemos lo que puede pasar en esa carretera", ha asegurado uno de ellos en la Cadena SER.
Fariñas ha relatado que al comienzo del acto de protesta "estaban unos individuos estratégicamente apostados" que comenzaron a asestarles "patadas y puñetazos" y que, a continuación, la policía marroquí les introdujo en unos furgones en los que fueron trasladados a la comisaría central de El Aaiún. "Se nos informó que estaban actuando bajo las órdenes del Procurador general del reino de Marruecos", ha señalado.
Denuncia además que en la comisaría se les dado un "relato fantasioso de los acontecimientos" en el que señalaban que la agresión había sido "una respuesta airada de los ciudadanos de El Aaiún", pero, según denuncia Fariñas, se trataba de "policías disfrazados". El presidente de la Federación de Instituciones Solidarias con el Sáhara, Carmelo Ramírez, ha asegurado en la Cadena SER que "trataron de obligarles a que besaran unas banderas marroquíes" y a raíz de su negativa "fueron detenidos y llevados a la comisaría central en El Aaiún".
Golpes y violencia
Carmen Rocer y Roberto Mesa, dos de los detenidos que todavía permanecen bajo custodia de la policía marroquí, fueron, según el relato de Fariñas, trasladados al hospital para que se les atendiese por las heridas recibidas en el incidente. Rocer, explicó, "tenía la cara hinchada y magulladuras" y Mesa "golpes en el tórax", pero sus heridas no revisten mayor gravedad.
Antes de la liberación, EL PAÍS pudo establecer contacto telefónico con Pilar Blas, una de las manifestantes que escapó de la operación policial. Blas explicó que después de iniciarse la protesta "aparecieron varios camiones de la policía y el ejército marroquí que acordonaron la zona y cargaron". Además, la cooperante aseguró que sus 11 compañeros fueron "golpeados y tratados con violencia cuando los metían en el camión de la policía". En ese momento cuando Blas y otras dos españolas lograron alejarse del tumulto. "Fuimos al hotel pero nos persiguieron e intentaron que besáramos la bandera marroquí", explicó.
Para facilitar la negociación, fuentes de la embajada española en Rabat informaron a este periódico que se había enviado un funcionario del cuerpo diplomático.
Anselmo Fariñas, uno de los siete liberados, ha confirmado a Europa Press alrededor de las 3.30 de la mañana que habían comenzado a salir de prisión y llegar a la sede de Casa España en Marruecos, donde después han asegurado que se mantienen bajo arresto domiciliario. "Pensábamos que nos estaban poniendo en libertad, pero el intérprete nos ha dicho que estamos bajo arresto domiciliario en Casa España que se prolongará hasta que tomen su barco desde El Aaiún a Las Palmas a las 22 horas del domingo", ha explicado. Exteriores no ha confirmado aún estos extremos. Los activistas temen más incidentes durante los 22 kilómetros que les separan del punto de embarque: "No sabemos lo que puede pasar en esa carretera", ha asegurado uno de ellos en la Cadena SER.
Fariñas ha relatado que al comienzo del acto de protesta "estaban unos individuos estratégicamente apostados" que comenzaron a asestarles "patadas y puñetazos" y que, a continuación, la policía marroquí les introdujo en unos furgones en los que fueron trasladados a la comisaría central de El Aaiún. "Se nos informó que estaban actuando bajo las órdenes del Procurador general del reino de Marruecos", ha señalado.
Denuncia además que en la comisaría se les dado un "relato fantasioso de los acontecimientos" en el que señalaban que la agresión había sido "una respuesta airada de los ciudadanos de El Aaiún", pero, según denuncia Fariñas, se trataba de "policías disfrazados". El presidente de la Federación de Instituciones Solidarias con el Sáhara, Carmelo Ramírez, ha asegurado en la Cadena SER que "trataron de obligarles a que besaran unas banderas marroquíes" y a raíz de su negativa "fueron detenidos y llevados a la comisaría central en El Aaiún".
Golpes y violencia
Carmen Rocer y Roberto Mesa, dos de los detenidos que todavía permanecen bajo custodia de la policía marroquí, fueron, según el relato de Fariñas, trasladados al hospital para que se les atendiese por las heridas recibidas en el incidente. Rocer, explicó, "tenía la cara hinchada y magulladuras" y Mesa "golpes en el tórax", pero sus heridas no revisten mayor gravedad.
Antes de la liberación, EL PAÍS pudo establecer contacto telefónico con Pilar Blas, una de las manifestantes que escapó de la operación policial. Blas explicó que después de iniciarse la protesta "aparecieron varios camiones de la policía y el ejército marroquí que acordonaron la zona y cargaron". Además, la cooperante aseguró que sus 11 compañeros fueron "golpeados y tratados con violencia cuando los metían en el camión de la policía". En ese momento cuando Blas y otras dos españolas lograron alejarse del tumulto. "Fuimos al hotel pero nos persiguieron e intentaron que besáramos la bandera marroquí", explicó.
Para facilitar la negociación, fuentes de la embajada española en Rabat informaron a este periódico que se había enviado un funcionario del cuerpo diplomático.
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