15 de febrero de 2009

El Real Murcia vence a la Real Sociedad por 2-0

Sikora acaba con el sufrimiento
EVA FRANCO MURCIA/ La Verdad
Cuando el gol más se resistía a aparecer por Nueva Condomina llegó el mejor Sikora para acabar con el sufrimiento de un equipo y de una afición que pasa por sus momentos más difíciles. Habían pasado ya ochenta y seis minutos, casi un partido, todo un mundo. El Real Murcia lo había intentado casi todo. Sin fallos en defensa, Capdevila ofreció sus pases y recortes más brillantes, y Despotovic se convirtió en el mejor delantero centro que se había visto por Nueva Condomina en mucho tiempo. Pero nada. No era suficiente. El gol se negaba a hacer acto de presencia.
Y cuando todo parecía abocado al empate, y la victoria se diluía en el tiempo, Sikora pisó el terreno de juego. Rápido en el área y generoso en el pase, no estaba dispuesto a dejar pasar su oportunidad. Sikora recogió la pelota en el área de la Real Sociedad, se la pasó a Mejía, y su remate acabó con el calvario que hasta ese momento vivía el equipo, incapaz de sobrepasar la barrera de Bravo por mucho que lo intentara. El equipo grana se adelantaba en el marcador y la felicidad parecía completa.
Pero hubo más. A punto de pitar el final, Síkora fue aún más lejos y marcó el segundo tanto del partido. El Murcia dejaba atrás sus peores momentos, disipaba la duda de ser otra vez candidato al descenso, y se daba un baño de autoestima de cara a los próximos partidos de liga.
Hasta ese momento el equipo de Campos había hecho muchas cosas. Más de lo que es habitual en Segunda División. La categoría es un campo de secano donde muy esporádicamente logra sobrevivir algo de fútbol. Apenas hay calidad, pases destacados o jugadas de talento. Por eso, cuando se juntan dos plantillas con ganas de jugar y ofrecen veinte minutos entretenidos, las gradas lo agradecen. Así fueron los primeros minutos contra la Real Sociedad, muchas ocasiones, un balón al larguero y dos recortes de Capdevila, que no terminaron en gol, pero que en el desierto de la categoría siempre se agradecen.
El partido ofreció una primera cara con posibilidades para los dos rivales y una segunda más parecida a lo de siempre: poco fútbol, pocas ocasiones y ningún gol. Lo intentó Capdevila, le siguió Despotovic y Necati fue el que estuvo más cerca con un lanzamiento al larguero. Pero nada. No era tarde de goles y en el descanso todo seguía igual.
Hubo que esperar casi un cuarto de hora de la segunda parte para que el Real Murcia se volviera a animar. Fue gracias a una jugada de Despotovic. Ayer fue el jugador que todo el mundo espera. Decidido ante el área rival, peligroso y con un remate demoledor. El problema es que se topó con el portero Bravo y fue imposible encontrar una fisura por donde meter el balón.
Fue el delantero el que hizo la mejor jugada del partido hasta ese momento. Robó la pelota, se fue de uno, se fue de dos. Y antes de optar por pasarla miró a la derecha, miro a la izquierda, y cansado de que la jugada siempre quede en nada, decidió jugársela. Avanzó hasta el fondo y dejó atrás metros para tirar a puerta. Su lanzamiento se estrelló en el portero, pero la jugada fue de lo mejor que ofreció el partido tras casi setenta minutos de juego.
Pero hay veces que lo de menos es el gol. Porque Despotovic abrió la puerta a los mejores minutos del Real Murcia. A partir de ese momento el equipo se sintió más cómodo en el campo, más seguro, y esperó su momento. Llegó con la salida de Sikora.
Desterrado al banquillo desde que comenzó la competición, ninguno de los dos entrenadores había confiado en él. Pero Sikora nunca perdió la esperanza y ayer la suerte, el talento y la velocidad se unieron para darle una semana de gloria al jugador, y un baño de autoestima para el equipo y para la afición de cara a afrontar un duro final de temporada.
Todas las imágenes del partido Real Murcia-Real Sociedad en:

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